Hay veces que, al dejar la puerta abierta, se acercan a mi presente, cosas que creía olvidadas, de un pasado no tan lejano.
Hoja de doble filo, este internet que nos lleva por ilusiones que pueden convertirse en pesadillas.
Una vez confié, una vez hablé, una vez compartí, una vez pedí.
Una vez me traicionaron, me taparon la boca, me arrepentí y se dañó parte de un ingenuo corazón.
Dolor, tristeza, pena. Pena, tristeza, dolor.
Mi alma dañada quería calor, pero sólo recibió un abrazo de hielo abrasador.
Seguirá, como florecilla solitaria, creciendo entre la hojarasca de este mundo desolador.
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